viernes, 8 de enero de 2016

Una canción...

Hace unos días pasé tiempo con mis sobrinos, el más pequeño se acercó a mí y se acurrucó abrazándome. Su ternura me llevó a cantarle, inventarle una canción, empecé a cantarla en voz alta en medio del silencio y la letra era más o menos así:
Cuando te vayas de aquí/yo seguiré pensando en ti/ en quién se cruza en tu camino y al amanecer muy temprano te da los buenos días/de quién serán los ojos que te vea y saluden en la calle/envidio a las manos que preparen un café para ti/ pero donde tu vayas yo estaré cerca de ti.
Caminaré a tu lado, iré donde tu vayas, seguiré tus pasos y estaré para cuando voltees buscando a alguien junto a ti. Yo estoy ahí caminando cada calle, despertando junto a ti, aunque no esté presente, mis sueños me llevan todas las noches junto a ti.
A donde vayas yo iré contigo, sonreiré cuando sonrías, lloraré cuando tú llores, me quedaré en silencio cuando mires al horizonte y encuentres una mañana brumosa. Jugaré con el humo que fluye de tus labios, oleré el aroma del tabaco entre tus dedos en esta vida paralela. Me tenderé junto a ti bajo los árboles, como en mis sueños, para mirar los rayos del sol entre las ramas, acostada junto a ti…

Mi sobrino me miró y me dijo: qué bonita canción tía, con esa dulzura que un nene tiene a los 6 años. Y yo pensé que aunque no era para él, era lindo haberla cantado y dejarla así, vivir en este mundo.

No hay comentarios: