domingo, 30 de marzo de 2014

MIENTRAS TÚ EXISTAS -Angel González

Tárcila Do Amaral
Mientras tú existas,
mientras mi mirada
te busque más allá de las colinas,
mientras nada
me llene el corazón,
si no es tu imagen, y haya
una remota posibilidad de que estés viva
en algún sitio, iluminada
por una luz—cualquiera...
Mientras
yo presienta que eres y te llamas
así, con ese nombre tuyo
tan pequeño,
seguiré como ahora, amada
mía,
transido de distancia,
bajo ese amor que crece y no se muere,
bajo ese amor que sigue y nunca acaba.

viernes, 14 de febrero de 2014

No es el amor quien muere/Luis Cernuda

No es el amor quien muere,
somos nosotros mismos.

Inocencia primera
Abolida en deseo,
Olvido de sí mismo en otro olvido,
Ramas entrelazadas,
¿Por qué vivir si desaparecéis un día?

Sólo vive quien mira
Siempre ante sí los ojos de su aurora,
Sólo vive quien besa
Aquel cuerpo de ángel que el amor levantara.

Fantasmas de la pena,
A lo lejos, los otros,
Los que ese amor perdieron,
Como un recuerdo en sueños,
Recorriendo las tumbas
Otro vacío estrechan.

Por allá van y gimen,
Muertos en pie, vidas tras de la piedra,
Golpeando la impotencia,
Arañando la sombra
Con inútil ternura.

No, no es el amor quien muere.


lunes, 10 de febrero de 2014

El desdichado/ Eduardo Carranza


No tenemos sino este planeta
hermoso y triste.
No tenemos sino esta única vida
hermosa y triste.
No tenemos sino este corazón
que recorre un fantasma a veces transparente,
otras veces siniestro. Y esta punzada de la música.
Y este sorbo de vino soñador.
No tenemos sino esta pan terrestre,
infernal o celeste de amar y de esperar
o morir...
Yo no tenía sino una campana
que llama y llama ahora para nadie
y la llave que abría aquella hermosa puerta
que ya no existe.
No tenemos sino eso: es decir nada.
Mejor dicho: no tengo nada. Y punto.
Si tocas las palabras anteriores
te quedará la mano ensangrentada.

domingo, 9 de febrero de 2014

Muerte en el olvido/ Angel González

Yo sé que existo
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos, con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.

Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
─oscuro, torpe, malo─ el que la habita...


martes, 4 de febrero de 2014

Si yo fuera jirafa/Jeremías Marquines




Si yo fuera jirafa te amaría en silencio.
Te miraría por encima de las rejas con esa melancolía de grúa. 
Te amaría con el amor desanimado de los exageradamente altos. 
Te amaría con el celo de los osos, de los tamandúas, de los ornitorrincos, de las cacatúas y de los cocodrilos. 
Bajaría trabajosamente mi cuello para esconder mi cabeza en tu pecho con trémulos topetazos de ternura. 
Porque déjame confesarlo: soy tierno, soy tierno incluso antes de la última cerveza, soy estúpida y sumisamente tierno como un perro enfermo, como un perro implorante de ojos demasiado humanos. 
Porque soy estúpida y sumisamente tierno como esos perros que echamos a puntapiés y se alejan sollozando para sus adentros, restos de vapor, mechones de tu pelo.

domingo, 2 de febrero de 2014

Escritura femenina, compilación


Argentina Casanova
Esta plaqueta reúne los poemas leídos en la mesa de lectura de mujeres poetas de la Península de Yucatán, en el contexto de la Feria del Libro de la Universidad Autónoma de Campeche, en su edición 2012. Un proyecto que hace varios años se venía procurando en el Instituto de la Mujer del Estado de Campeche con el propósito de incidir a partir del cambio cultural en la participación de las mujeres en los espacios culturales y artísticos, destacando su intervención, visibilizándola y generando escenarios de índole académicos y literarios.
En coordinación y en colaboración con la máxima casa de estudios en el estado de Campeche y contando con la participación de tres destacadas poetas de la península, que sin duda son una muestra de lo que hoy día escriben las mujeres en esta región del país, se realizó la Primera Mesa de Lectura, y con el propósito de preservar su aporte y trabajo se reúne en este material los poemas a los que dieron lectura durante sus intervenciones. Cada uno de ellos sin duda nos dan una muestra del corpus poético en producción en la región, y es también una “muestra” de la escritura femenina de este momento, con el valioso aporte que esto significa dentro del campo de análisis de la creación poética de las mujeres, para posibilitar también el fomento al estudio de lo que el género femenino aporta a la cultura literaria.
Dentro de la construcción de los nuevos escenarios de equidad, el canon literario no está excluido y visibilizar los aportes de las mujeres dentro del arte se convierte en una tarea fundamental para redimensionar la participación de la mujer en los espacios públicos.
Abordada por la teoría crítica feminista de la literatura la poética femenina es un tema de estudio joven y que abre posibilidades para su estudio y análisis, pero esto no sería posible si no se empieza por antologar o reunir muestras de lo que generacionalmente se escribe en una región específica.
Si hay o no una escritura femenina y si esta está o no escribiéndose, toca el turno a especialistas analizarlo, pero aquí está una muestra de los trabajos de tres poetas de la Península de Yucatán; para que nunca más las letras femeninas queden al margen de la historia y del canon.



miércoles, 29 de enero de 2014

Muerte en el olvido/Angel González


Y la muerte no tendrá señorío/Dylan Thomas

Dylan Thomas 
Y la muerte no tendrá señorío

Y la muerte no tendrá señorío.
Desnudos los muertos se habrán confundido
con el hombre del viento y la luna poniente;
cuando sus huesos estén roídos y sean polvo los limpios,
tendrán estrellas a sus codos y a sus pies;
aunque se vuelvan locos serán cuerdos,
aunque se hundan en el mar saldrán de nuevo,
aunque los amantes se pierdan quedará el amor;
y la muerte no tendrá señorío.

Y la muerte no tendrá señorío.
Bajo las ondulaciones del mar
los que yacen tendidos no moriran aterrados;
retorciéndose en el potro cuando los nervios ceden,
amarrados a una rueda, aún no se romperán;
la fe en sus manos se partirá en dos,
y los penetrarán los daños unicornes;
rotos todos los cabos ya no crujirán más;
y la muerte no tendrá señorío.

Y la muerte no tendrá señorío.
Aunque las gaviotas no griten más en su oído
ni las olas estallen ruidosas en las costas;
aunque no broten flores donde antes brotaron ni levanten
ya más la cabeza al golpe de la lluvia;
aunque estén locos y muertos como clavos,
las cabezas de los cadaveres martillearan margaritas;
estallarán al sol hasta que el sol estalle,
y la muerte no tendrá señorío. 
"


sábado, 25 de enero de 2014

Elogio de la lejanía/Paul Celan


Elogio de la lejanía/Paul Celán

En la fuente de tus ojos
viven las redes de los pescadores de la mar del extravío.
En la fuente de tus ojos
el mar cumple su promesa.
Aquí arrojo yo,
un corazón que se detuvo entre los hombres,
mi ropa y el esplendor de un juramento:
Más negro en lo negro, más desnudo voy.
Sólo infidente soy fiel.
Yo soy tú si yo soy yo.
En la fuente de tus ojos
desvarar suelo y sueño un rapto.
Una red prendió una red:
nos separamos enlazados.
En la fuente de tus ojos
un ahorcado estrangula la soga.

De "Amapola y memoria" 1952
Versión de José Luis Reina Palazón
Obras completas - Editorial Trota 1999

domingo, 19 de enero de 2014

Una propuesta de lectura de obra de Argentina Casanova





The American Poems: el lenguaje renaciente de Iván Figueroa


Argentina Casanova

La piedra esculpida por el poeta

The American Poems poemario ganador de los Juegos Florales de San Román, en el estado de Campeche en su edición 2006  (un Premio que cobra renombre desde el Sureste hacia todo el país), es un trabajo poético en el que se advierte una propuesta estética en la forma, pero también en la temática. 

El poema se aborda desde la palabra cotidiana, en una mezcla en hay un de una lengua viva, síntesis de la retórica del hablar urbano-desértico de la zona Norte de México. Ivan Figueroa, joven escritor de la frontera plantea formalmente la propuesta estilística que surge del trabajo minucioso del poeta con la palabra: hacerla pues una piedra en la que esculpe el verso como el viento forja la roca. El Grand Canyon.

Tremévolo, de Adán Echeverría




Argentina Casanova

“El amor a uno mismo sólo conoce una barrera
-el amor hacia los otros, el amor a los objetos.”
Sigmund Freud, Sicología de las masas y análisis del yo.

Si no fuera por el subtítulo del poemario Tremévolo, compuesto de tres libros, con la lectura de los poemas de la segunda parte sabríamos de qué se trata: Pornoversos… titulados metafóricamente como Estanterías dionisiacas.
Me quedo con esta segunda parte del libro para ser la que sostiene a la primera y la tercera, -desde mi apreciación como lectora- la segunda parte es la que altera,  golpea el rostro con su realidad, la de una concepción decimonónica de la poesía.
Pero la poesía no solo se hace de la belleza, también en la fealdad o en lo perverso hay una estética poética, la que hay en la turbia existencia de los subyugados a sus pasiones. La pasión se ha abordado el Ars Amatoria de Ovidio, fue de invocación a Venus, a inspirar El Arte de las putas, de Nicolás Fernández de Moratín, auténtico manual sobre las prostitutas del Madrid en 1777.
Bufo/Wislawa Szymborska
(Para mi bello)

Pasará primero nuestro amor
más tarde cien años, y doscientos
más tarde volveremos a estar juntos:

comediantes, él y ella,
los predilectos del público,
nos llevarán a escena.

Una farsa: algún cumplé,
baile, un poco, muchas risas,
un agudo cuadro de costumbres
y aplausos.

Estarás más que gracioso
en esa escena, con tus celos
tu corbata.

Mi cabeza vuelta atrás, 
mi corazón, mi corona, 
un corazón bobo que se rompe
y una corona que se cae.

Pasaremos a encontrarnos, 
separarnos -carcajadas en la sala-,
inventarnos
mil y un cuentos como excusa.

Y por si tuviéramos pocos 
sufrimientos y desgracias, 
nos daremos la puntilla con palabras.

Y después saludaremos 
y ya está.
Todo el mundo irá a dormir
medio muerto de risa.

Ellos seguirán su feliz vida,
ellos el amor irán domando,
y comerá de su mano el feroz monstruo.

Y nosotros, siempre más o menos, 
y nosotros con gorritos, campanillas,
y en su ruido animalmente 
concentrados. 

domingo, 5 de enero de 2014

Espantapájaros 19/ Oliverio Girondo

Los poemas seleccionados para cantarle a un amor

¿Que las poleas ya no se contentan con devorar millares y millares de dedos meñiques? ¿Que las máquinas de coser amenazan zurcirnos hasta los menores intersticios? ¿Que la depravación de las esferas terminará por degradar a la geometría? Es bastante intranquilizador —sin duda alguna— comprobar que no existe ni una hectárea sobre la superficie de la tierra que no encubra cuatro docenas de cadáveres; pero de allí a considerarse una simple carnaza de microbios... a no concebir otra aspiración que la de recibirse de calavera... Lo cotidiano podrá ser una manifestación modesta de lo absurdo, pero aunque Dios —reencarnado en algún sacamuelas— nos obligara a localizar todas nuestras esperanzas en los escarbadientes, la vida no dejaría de ser, por eso, una verdadera maravilla. ¿Qué nos importa que los cadáveres se descompongan con mucha más facilidad que los automóviles? ¿Qué nos importa que familias enteras —¡llenas de señoritas!— fallezcan por su excesivo amor a los hongos silvestres?... El solo hecho de poseer un hígado y dos riñones ¿no justificaría que nos pasáramos los días aplaudiendo a la vida y a nosotros mismos? ¿Y no basta con abrir los ojos y mirar, para convencerse que la realidad es, en realidad, el más auténtico de los milagros? Cuando se tienen los nervios bien templados, el espectáculo más insignificante —una mujer que se detiene, un perro que husmea una pared— resulta algo tan inefable... es tal el cúmulo de coincidencias, de circunstancias que se requieren —por ejemplo— para que dos moscas aterricen y se reproduzcan sobre una calva, que se necesita una impermeabilidad de cocodrilo para no sufrir, al comprobarlo, un verdadero síncope de admiración. De ahí ese amor, esa gratitud enorme que siento por la vida, esas ganas de lamerla constantemente, esos ímpetus de prosternación ante cualquier cosa... ante las estatuas ecuestres, ante los tachos de basura... De ahí ese optimismo de pelota de goma que me hace reír, a carcajadas, del esqueleto de las bicicletas, de los ataques al hígado de los limones; esa alegría que me incita a rebotar en todas las fachadas, en todas las ideas, a salir corriendo —desnudo!— por los alrededores para hacerles cosquillas a los gasómetros... a los cementerios.... Días, semanas enteras, en que no logra intranquilizarme ni la sospecha de que a las mujeres les pueda nacer un taxímetro entre los senos. Momentos de tal fervor, de tal entusiasmo, que me lo encuentro a Dios en todas partes, al doblar las esquinas, en los cajones de las mesas de luz, entre las hojas de los libros y en que, a pesar de los esfuerzos que hago por contenerme, tengo que arrodillarme en medio de la calle, para gritar con una voz virgen y ancestral: “¡Viva el esperma... aunque yo perezca!” Oliverio Girondo Espantapájaros 19