viernes, 22 de diciembre de 2017

El almuerzo



Nada lo cambia un grito
más bien se nos acomoda el silencio en lo hondo
            hondo muy hondo
pasa un día dos una semana dos un mes dos un año dos
y un buen día amaneces abres los ojos y todavía lloras
pasaron cuarentaytantos años y todavía esperas
el almuerzo puesto sobre la mesa
la ropa delicadamente planchada
el silencio del miedo
el dolor que aguijona
la fotografía recuperada

todos dicen que debajo del cemento están los huesos
unos contaban de las voces escuchadas
del miedo y la esperanza como una sola
de creer que vivían
De buscar hasta en Las Islas
de imaginar que un día por fin volvería
mi hijo
mi esposo
mi hermano
mi novio
mi padre
el hijo de la vecina
la mujer que nadie notó que un día desapareció
las mujeres que buscan y sus vientres resisten la punta del fusil
las mujeres que parieron en esos sótanos de esta sociedad
las mujeres que volvieron
las que no volvieron
las niñas que nadie supo que se las llevaron
las sinnombre que nadie buscó
las que se perdieron buscando
una más entre los miles en un país quebrado

Mire esta fotografía: ve ese cuerpo, ella era mi madre
Mire usted, señala la fotografía, era él el más alto,
pero de los otros chicos nadie supo nada

Y vuelve a sentarse a la mesa:
            espera
un almuerzo en solitario
sabe más a miseria humana
que los frijoles en la pobreza de una casa de cartón
A todos nos robaron algo en los 70’s
Unos se llevaron a los hermanos
Otros se comieron la riqueza
Otros fueron los niños que murieron enfermos
Esas calles de piedra
Esa riqueza que se defendería como perro
Pero solo les quedó ser perro
Esos ceros que se llevaron de la moneda
Pero nunca pudieron quitarnos la memoria

“eran militares, eran militares, eran militares”
y los muertos con fusil de palo
y las abejas durmiendo en la oración
y los muertos los siguen poniendo los de abajo.

Eres mi amor eterno...

jueves, 21 de diciembre de 2017

Fade out

De todo a cero
La noche más larga inicia
lo recuerdo
        lo sé de aquel sueño
que todo se apaga
vuelve otra vez
nunca la oscuridad es tan profunda

cansada
el cuerpo no da más

miércoles, 20 de diciembre de 2017

De estos días...

Hay cosas que, si no las escribes, terminan por ahogar…
Escribir cuando ya no se puede hablar… escribir para escucharse a sí misma en medio del ruido de las multitudes que hablan de todo para terminar hablando de nada.
Las alternatividades como engañosas válvulas de escape. Justificar que se hace desde una impostura del hago algo.
La disidencia que no tiene el propósito de transformar ni de hacer conciencia ni de cambiar nada solo de lavar conciencias.
No es un pesimismo natural sino resultado de “los desiertos” que habitamos en la conciencia de que todo es nada. Que ninguna discusión vale la pena ni ninguna pena vale ninguna discusión.
El mundo se deshabita por nosotros mismos. O nosotras. Da igual pero solo es posible entenderlo cuando transitas los desiertos interiores. Cuando nos despojan de todo sin perder nada.
Ni siquiera es menester escribir con un aparente orden. Nada de lo que aparenta tener sentido lo tiene y que lo tenga, es garantía de nada. Tampoco es una nadidad gratuita ni facilona como la que harta estos tiempos de quien lo niega todo para ir hacia ningún lado por la pura pereza.
Pero, ¿qué sentido tiene todo cuando la vida misma es tan frágil? Y todo de-pende de la frágil condición humana.
De pronto… todo me da pereza. Pero es una pereza que empezó hace tiempo. Quizá sea habitar este país de entambados-degollados-desmembrados-asesinados-fragmentados y ausencias que lo borran todo. Hasta el ser, la capacidad de ser nombradas.
Incluso una discusión sobre una bolsa de plástico y mis tontos argumentos compulsivos de no usar plástico para que haya un mundo para sus hijos… no me importan sus hijos ni el mundo solo no puedo con la idea de generar plástico como quien caga demasiado.
Abulia.
Llegó el tiempo en el que incluso los puntos, las comas, los espacios. Todo pierde sentido porque es una invención arbitraria de lo humanamente presuntuoso
Un vacío.
El hambre en el mundo. Los tristes pesos de los que tienen pesos y la tristeza destemplada de quien no posee nada y de quien sabe que nada se posee.
Acaso es relevante. La ritualización banal de lo humano porque solo los humanos le damos sentido a nuestra invención más fútil.
¿Qué es lo trascendente?
Tu nombre es otra arbitrariedad  no significas tu nombre, no te relaciona, no te simboliza no te.
Los saltos.
La digresión aquí estás frente a mí, incapaz de hablarme porque no me ves porque estás fuera de ti aunque en ti… porque no sabes ser algo diferente a lo que tienes y donde cabes en ese tú que es cuerpo, aunque también eres ausencia.
Más ausencia si lo piensas bien. Estás ausente de muchas partes y de mucha gente. Solo puedes estar en un lugar y tu ausencia lo habita todo.
Todos creemos que somos excepcionales. Quizá un poco, solo un poco. Qué cansado puede llegar a sentirse después de un tiempo así. Un tiempo sin fecha sin miedo sin asideros y soltando.


lunes, 4 de diciembre de 2017

Mientras dormías...



Mientras dormías /Argentina Casanova

I

Hay demasiada muerte
     Demasiada
Hay demasiada ausencia
     Demasiada
...y solo nos deja la costumbre
de renunciar
de saber de ausencias
de saber de abandonos
Cierro los ojos
hundidos en sus cuencas se secan
no hay lágrimas
ya no más
se vaciaron antes
con esos amores huecos
con esos nombres vacíos
ahora no hay suficientes
para llorar las ausencias
que rompen
quiebran
nos dejan sin nada
con las manos abiertas
soltando
irremediablemente conforme
a saber
que se fueron.

No tengo más lágrimas para llorar
No te cuerpo para doblarme
Ni manos para sujetar
soy un trazo que se borra
un papel que se deshace
Ya no sé qué esperar
ya no sé esperar
ya no espero.

Hay demasiada muerte desde que nacemos
demasiadas ausencias acumuladas
se agigantan
lo ocupan todo
es el desierto
donde nada existe
donde todo deja de ser.




sábado, 2 de diciembre de 2017

Hasta pronto mi querida amiga...



Mi corazón está de luto -de nuevo-, y parece que entiende que la vida es el luto por las pérdidas, las ausencias, los abandonos que no terminan... hasta que nos vamos.
Otra vez las enfermedades, los males que nos arrancan a las personas que amamos.
La ausencia es como una piedra gigante que por ahora no puedo sostener, por eso elijo imaginar que solo es breve, que su sonrisa hermosa, su escucha siempre atenta a todas mis alegrías y mis tristezas, los nombres amados, los silencios, todo lo que se guardó entre nosotras volverá apenas nos veamos y con su sonrisa me dirá que todo está bien, que le cuente ya por fin de un amor, de volver a amar porque es lo más bello de la vida...
Hoy te extraño y me harás falta siempre, querida hermana, que ni la enfermedad te quitó la generosidad ni te hizo egoísta.




martes, 31 de octubre de 2017

Prometeo en la frontera /Antonio Gamoneda

II

Y este don de morir, esta potencia
degolladora de dolor, ¿de dónde
viene a nosotros? ¿En qué dios se esconde
esta forma siniestra de clemencia?

Una sola divina descendencia
a esta zona de sombra corresponde.
Si tú hablas a un dios, cuando responde
viene la muerte por correspondencia.

Si no fuera cobarde, si, más fuerte,
en un rayo pudiera por la boca
expulsar este miedo de la muerte,

como este inmortal encadenado
sería puro en el dolor. ¡Oh roca,
mundo mío de sed, mundo olvidado!

Mi entierro /Nazim Hikmet


¿Mi entierro saldrá de nuestro patio?
¿Cómo vais a bajarme del tercer piso?
El ataúd no cabe en el ascensor
Y las escaleras son demasiado estrechas.
Tal vez el patio esté inundado de sol y haya palomas
Tal vez nieve en medio de los gritos de los niños
Tal vez llueva y esté mojado el asfalto.
Y como siempre los cubos de basura estarán en el patio.
Si como acostumbran aquí me suben al furgón con la cara descubierta
Puede caerme algo de una paloma en la frente: trae suerte.
Venga o no una banda de música habrá niños a mi lado
Los niños siempre sienten curiosidad por los muertos.
La ventana de nuestra cocina me seguirá con la mirada.
Nuestro balcón me acompañará con la ropa tendida.
No podéis saber lo feliz que he sido en este patio.
Vecinos míos a todos os deseo una larga vida...
(Moscú, abril de 1963)

domingo, 22 de octubre de 2017

Hombre pequeñito/Alfonsina Storni



Hombre pequeñito, hombre pequeñito,
suelta a tu canario que quiere volar
Yo soy el canario, hombre pequeñito,
déjame saltar.

Estuve en tu jaula, hombre pequeñito,
hombre pequeñito que jaula me das.
Digo pequeñito porque no me entiendes,
ni me entenderás.

Tampoco te entiendo, pero mientras tanto,
ábreme la jaula que quiero escapar.
Hombre pequeñito, te amé media hora,
no me pidas más.

martes, 17 de octubre de 2017


Este mundo no es para mí, no habito, transito y sigo sin sentirme a gusto en ninguna parte. No habito este mundo, soy la extranjera que no termina de adaptarse.

lunes, 16 de octubre de 2017

Tenemos vida...
¿La tenemos?
Me debo tantas lágrimas no lloradas y no salen. Mi pecho, mis ojos, mi cabeza, toda yo se constriñe y no llora. Algo falta y soy un dique contenido. No he llorado la muerte de las amadas... y yo me siento huérfana de todo y de todos. Aún así resisto. No lloro.

Hoy es un buen día para llorarlo todo bajo cualquier pretexto...

viernes, 22 de septiembre de 2017

Estos días...

Hoy tomé su mano...
ambas sabemos que es el instante que yo recordaré.
Nada se queda. Todo es efímero. Todo se va.
Y nos dio nostalgia de ese instante. Yo me imaginé extrañando y recordando el instante. Pensé en cuánto extrañaba la voz de él, y recordé la voz de mi abuela y aún puedo escucharla en mi recuerdo.
¿Dónde están nuestros ausentes?
Mi amiga, mi hermana, mi cómplice de historias y llantos, languidece como una vela, y acudimos puntuales a la cita, esperamos el momento.
No hay prisa.
Sucederá
Lo que no sabemos es quién podría ser primero. En estos tiempos ninguna enfermedad es seria.
Nadie sabe cuándo pero tampoco puede saberlo quien vive con la muerte anunciada.
"El porvenir será largo", y esperamos...
es que acaso no podemos -no sabemos- hacer otra cosa que esperar la muerte. Y mientras tanto... vivimos. Como torpes criaturas que dan tumbos de un lado a otro, como torpes animales que aún no abren los ojos.
Vivimos con el egoísmo de gozar y proclamar el derecho a ser lo que queramos porque algún día moriremos, y mientras tanto despedazamos la vida. La dejamos en silencio. Se agota como un caudal que nos gastamos a la primera.
Pero ella no. Ella espera, es paciente, me observa, me dice que me ama y yo a ella. Temo a su silencio y a su mirada que por ratos se extravía, temo perderla aún antes de que se vaya.
Y mientras tanto miramos una película. Sustituimos las cervezas por el te y el vaso de leche para sus pastillas.
Hoy mismo elegía creer que aún hay tiempo para mí. Lo elegí aunque vivía mis últimos días por esa extraña sensación de no tener nada.
No hay manera no escribir. Quizá solo quede esto después. Ni siquiera yo he podido mirar dentro de mí del todo. Hay cosas que no entiendo de mí y otras que ni siquiera me detengo a pensar.
...solo me acostumbré a vivir fragmentada.

sábado, 16 de septiembre de 2017

Es septiembre de 2017

Todo mundo (todo el que me importa) está ausente.
...y yo sigo  ausente, distante de todo. Cultivando ausencias.

domingo, 13 de agosto de 2017

En algún lugar...



Recorro las calles día a día, busco entre vagones, busco entre los autos, entre la gente que camina, cuando voy en el taxi miro por la ventana, busco... y siempre tengo la esperanza de que un día de estos te voy a encontrar caminando por estas mismas calles.

domingo, 6 de agosto de 2017

La pequeña tristeza/Argentina Casanova


No me digas que estoy dando la espalda
cierto es que no puedo con tanto dolor
suficiente incrustrado entre mis huesos
suficiente entre mis dedos
cansada
con las costillas fundidas con mis vértebras
No puedo mirar al niño boca abajo
no quiero verlo
no puedo sin pensar en Angel
También su nombre empieza con A
Si estuviera aquí mi amado Nazim seguro le escribiría un poema
pero yo no puedo
mis dedos están cansados
mis ojos no pueden mirarlo
lloran y lloran
Llora el mundo
Llora el mar migrantes.
Llora la selva indígenas asesinados
por defender sus tierras sagradas.
Lloran los ríos contaminados.
¿Por qué no iba a llorar yo, tu ausencia?
Y no es infame mi tristeza
ni es la más grande
ni es la más justa
es más vil y pequeña
es por tu ausencia
mientras las madres lloran por sus hijos ejecutados
mientras las hijas lloran por sus madres asesinadas
mientras las mujeres lloran por sus hijos envenados
y qué vil y pequeña es mi tristeza

 3 de septiembre de 2015

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Tu silencio...

Anoche volví a soñar contigo, solo te veía pasar... y no me atrevía a decirte nada... pero eras el mismo, de hermosa sonrisa y dulce mirada... quizá es el que yo sueño, el que yo inventé y que vive en mis recuerdos... Qué vuelvas cada noche para acompañarme así, en sueños... tal vez nunca he estado sola sino contigo así en estos sueños.

miércoles, 2 de agosto de 2017

Despertar/ Lil Milagro




DESPERTAR/ Lil Milagro

Yo era mansa y pacífica
era una flor,
pero la mansedumbre no es un muro
que cubre la miseria.
Y vi las injusticias
y ante los ojos asombrados
estallaron las huelgas y las rebeldías
del hombre proletario.
Y en vez de absurdas lástimas,
de hipocresías compasivas,
brotó mi indignación
y me sentí fraternalmente unida a mis hermanos,
y toda huelga me dolía,
y cada grito me golpeaba
no sólo en la cabeza o los oídos
sino en el corazón.
Cayó mi blanca mansedumbre
muerta a los pies del hambre,
me desnudé llorando de sus velas
y un Nuevo traje me ciñó las carnes.
Primavera de lucha son ahora mis brazos,
mi enrojecida sangre es de protesta,
mi cuerpo es verde olivo
y un incendiario fuego me consume
…y sin embargo,
sigo siendo como antes,
amante de la paz,
quiero luchar por ella
desesperadamente,
porque desde el principio
yo soñé con la paz.

miércoles, 21 de junio de 2017

La pared




Como ver la pared
y querer correr
darse golpes contra la pared
azotarnos una y otra vez
todo es igual     la pared sigue ahí
Nuestra cabeza un poco más rota
nuestro cuerpo un poco más enfermo
viejo    desgastado
    y la pared intacta

Grito tu nombre
     -tengo miedo-
y sigo: intento saltar
darle vueltas
el muro no se mueve
y tu voz se apaga
con esa sonrisa de niña
con esa mirada de sol
vela que sopla el viento
    Y yo: no puedo hacer nada

Qué inútil todo
la fuerza    el grito
la luz     el silencio
los años
las luchas
los puentes
las roturas
Solo quedan las cervezas y los platos perfectos de pizza
la mesa    la casa hoy en silencio
donde aún resuenan nuestras risas
la de José
la de Alexis
la de una Argentina lejana
la de un Pedro lejano
y se quedan ahí
para soñar con un tiempo mejor
    que no es hoy.

domingo, 4 de junio de 2017

Es Melancolía/ Eduardo Carranza

Te llamarás silencio en adelante.
Y el sitio que ocupabas en el aire
se llamará melancolía.

Escribiré en el vino rojo un nombre:
el tu nombre que estuvo junto a mi alma
sonriendo entre violetas.

Ahora miro largamente, absorto,
esta mano que anduvo por tu rostro,
que soñó junto a ti.

Esta mano lejana, de otro mundo
que conoció una rosa y otra rosa,
y el tibio, el lento nácar.

Un día iré a buscarme, iré a buscar
mi fantasma sediento entre los pinos
y la palabra amor.

Te llamarás silencio en adelante.
Lo escribo con la mano que aquel día
iba contigo entre los pinos.


lunes, 17 de abril de 2017

Estoy en camino de ir más lejos...

Soñé con él... lo encontraba y me hablaba... pero yo le decía "tengo que continuar"... y seguí andando.

jueves, 30 de marzo de 2017

Otra vez el tiempo en el que el tiempo no alcanza... y aún así en medio de todo, me acordé de ti.

Te extraño...

viernes, 17 de marzo de 2017

El amor, después del amor



Despierto y pienso en ti, en tus grandes ojos oscuros... pienso y me imagino al saber el poema de Walcott, El amor después del amor, que tal vez nos encontraremos el día que todo se termine. Pienso tal vez -imagino- que el último día de mi vida estarás ahí junto a mí. Y me queda la duda de saber si es la mejor forma de escapar a la vida pensando en el amor que tus manos guardaron...



El amor después del amor

Traducción de Héctor Abad Faciolince y Alex Jadad
Un poema de Derek Walcott
Llegará el día
en que, exultante,
te vas a saludar a ti mismo al llegar
a tu propia puerta, en tu propio espejo,
y cada uno sonreirá a la bienvenida del otro,
y dirá, siéntate aquí. Come.
Otra vez amarás al extraño que fuiste para ti.
Dale vino. Dale pan. Devuélvele el corazón
a tu corazón, a ese extraño que te ha amado
toda tu vida, a quien ignoraste
por otro, y que te conoce de memoria.
Baja las cartas de amor de los estantes,
las fotos, las notas desesperadas,
arranca tu propia imagen del espejo.
Siéntate. Haz con tu vida un festín.




martes, 14 de febrero de 2017

lunes, 13 de febrero de 2017

La semilla

Cuando compraba la fruta, la trataba con respeto pero también tenía algo de conocimiento ancestral de las suyas, algo que aprendió en el camino y lo trajo para mí, que me lo dejó a mí.
El ritual empezaba en un ciclo inacabable. Empezaba por corta la fruta del árbol en el patio, rayar con un cuchillo los bordes de la fruta verde en ese trazo preciso de la punta al rabito, para cuando madurara envuelta en periódicos lavaba la papaya, la partía por la mitad y cuidadosamente abría esa vulvosa fruta y extraía las semillas para colocarlas en un papel o sobre un comal al sol.
Juntaba las cáscaras para dárselas a los patos, alimento que agradecían en ese ciclo perfecto en donde la tierra todo lo toma y todo lo da.
El fin de la semilla era el sol donde las ponía a secar, o para ser devoradas por los pájaros.
Nunca en el suelo, nunca en la basura. Ese no era su lugar. Y ahora al cortar la fruta pienso en eso, recuerdo ese gesto y me tomo la licencia de creer que era el respeto a la semilla.
Nunca tires la semilla, es la que nos permite comer, es la que nos da el fruto. Y si quieres cultivar, ponla al sol, ahí tomará lo mejor, se "curará" y si la echas a la tierra que sea así, seca para que encuentre el camino a la otra vida, a darnos su fruto.
Quizá el recuerdo se funde con el de la tortilla, con el grito ordenando que la tortilla no fuera a la basura bajo ninguna circunstancia.
"Es sagrada", decía mi abuela.
La trataba con respeto, guardaba las que sobraban en la comida, las separaba una a una sobre un paño extendido y las ponía al sol a tostar.
Si al caso alguna se llenaba de hongos, ese de color naranja intenso, ella decía que debíamos comerla, que era muy buena para evitar enfermedades y cuando no, las remojaba en agua para dársela a los patos y las demás aves de corral que crecían en el patio.
Ese patio gigantesco y a la vez pequeño donde lo mismo crecían elotes, que guanabanas, papayas, limones y espinacas.
La semilla no se tira así a lo inútil -decía, sino cuando es para que caiga en tierra fértil. La semilla, como la tortilla ha de ser tratada con respeto porque es la gracia de Dios sobre la tierra.
Lo recordé en ese ritual exacto de abrir la fruta y poner la semilla en una servilleta en el quicio de la ventana, para que le dé el sol y vengan los pájaros a devorarla.




 Si la vida se repite, volvería al punto donde nos encontramos para volver a sonreír juntos.

sábado, 4 de febrero de 2017

Leonarda, la comadrona

Contaba mi abuela, mi Ofe, que su abuela se llamaba Leonarda. La recordaba constantemente en la ternura de su infancia lejana... así como yo la recuerdo a ella y a su abuela, en esa historia que nos contamos como un río que fluye desde ayer, en el río de historias que nos contamos para que no se olviden los nombres de nuestras abuelas, las ancestras.
Lo que sé es una breve fotografía de ella, la abuela Leonarda, era de piel oscura y se dedicó toda su vida a ser partera. Ayudaba a las mujeres a traer al mundo a sus hijos, las acompañaba en el camino del alumbramiento y lo hacía con paciencia y dedicación.
Ofelia siempre recordaba a su abuela con amor, era la de los brazos protectores cuando la perseguían para darle alguna tunda por alguna travesura infantil, la que abrazaba y acariciaba su piel oscura, porque igual que ella era negrura que era tan despreciada aún entre los pobres.
La abuela venía de muy lejos, contaba, de otras tierras donde había huído de los patrones. Era de "Mobila", contaba, y nunca supimos en qué lugar se encontraba y la curiosidad se anidaba en mí y me llevó a buscarlo en los libros de migración de las personas negras que salieron de Mobille, en Estados Unidos.
A veces cierro los ojos para recordar un poco más. Solo puedo imaginar a mi negrita, mi abuela, correteando junto al río que contaba, su infancia junto al Usumacinta allá por las rancherías en las que se diluyen los límites geográficos y solo saben de tierra y agua como frontera.
De sus días trepada en los árboles comiendo fruto o escondida entre los matorrales para que la dejaran por ratos en paz en una infancia de trabajo y más trabajo.
Sé de Leonarda, se de sus brazos fuertes y sus manos pacientes. Sé que un día atendió un parto muy cansado y ya le habían dicho que no fuera a atender parturientas porque estaba algo enferma. Sé que esa mañana había pasado la noche ayudando a una parturienta y que al amanecer llevó al río una palangana con las sábanas que habían usado para la labor de parto y en el camino la soltó y cayó muerta.
Decía que se le reventó la vena aorta, o quizá fue un infarto, lo cierto es que era una mujer más muriendo junto al río, una comadrona que se iba después de traer al mundo una criatura. Y entonces conocí la orfandad, contaba mi abuela. Todo se hizo más triste, nos decía, nadie me quería, mi padre no me mostraba su cariño aunque decía quererme, mi madre no me quería porque decía que me parecía a mi abuela por su piel oscura.
A veces cuando pienso en mi abuela, viene a mi mente Leonarda, viene con todas sus historias, con los niños traídos al mundo, con el sonido de una selva baja y el río corriendo, las aguas que la trajeron de lejos y el desprecio de la gente a su piel oscura que la persiguió a ella y a mi abuela. Ella que migró, ayudaba a migrar a las criaturas a este mundo. Veo a Leonarda en cada mujer que muere así, de esa muerte infinita que mata a las mujeres: la pobreza y la violencia.

Guanábana dulce... y azucarada

sábado, 21 de enero de 2017

Ay qué noche tan oscura, sin tu amor no viviré...

Nos hizo falta tiempo por vivir...

La negrita más linda

Todos los días la extraño, y pienso cuando yo vuelva ya no la veré, ni podré ir a sentarme a su lado a platicar de sus programas favoritos, ni la veré ir de un estado de ánimo al otro. Y lo que más me hace hueco en el corazón es cuando pienso, ya no la puedo abrazar.
Aún estoy digiriendo su ausencia de a poquito y hoy sé que es lo que me acompañará el resto de mi vida, y solo así entiendo a mis amigas queridas que han perdido a sus madres, esa ausencia a la que nunca nos acostumbramos.
Mi Ofe, me enseñó muchas cosas, era excesivamente disciplinada y aprendí a ser la que soy, pero también me cantaba cuando dormía sobre su pecho, y me abrazaba así sin más, y me daba un beso en la frente con toda la espontaneidad y la rudeza de no mostrar nunca sus afectos, y solo decirme ¿ya comiste? que era como mostraba su amor.
Hace casi 4 meses de su ausencia y unos más de mi madre, pero mi abue, fue la que me sostuvo en sus brazos desde que nací, y hasta que se fue caí en cuenta que era la única persona que había estado a mi lado desde que vine a este mundo, y sí ha sido mi inspiración muchas veces. Siempre la oí decir "si yo hubiera ido a la escuela, otra sería mi historia", y pienso en las mujeres que no tuvieron acceso a la escuela, pienso en las mujeres y su lucha por no ser obligadas a casarse con un hombre mayor que ellas, pienso en las niñas que huyen de sus casas para no seguir siendo las sirvientas de todos. Pienso en las niñas de piel oscura, pienso en ella diciendo "mi madre no me quería porque me parecía a mi abuela que era muy morena" y sé que así es la historia de muchas mujeres en este país en el que ser de piel oscura es casi sinónimo de ser pobre. Por eso ella me abrazaba y me decía "mi negrita linda", palabras con las que hoy la recuerdo a ella "mi negrita linda".

domingo, 15 de enero de 2017

La casa azul

Me gusta recordar que mi madre nació en Salto de Agua, Chiapas, ella era de padre campechano y madre nacida en Jonuta, Tabasco, registrada en Palizada.
Me gusta pensar que vivió en Coatzacoalcos, luego en Cancún donde murió, y así somos nosotras, así fue también mi abuela que vivió donde la vida la llevó, llevando siempre consigo un poco de cada lugar. Mis ancestras viajan conmigo, van donde voy y miran las ciudades a través de mis ojos, así me lo dijo un día mi madre, mi Gaby; y mi Ofe siempre preguntaba por dónde iba y cómo era.
Hoy las imaginé sentadas junto a mí, ahí en el jardín de la casa de Frida, las vi charlando sobre las plantas, sobre la casa, sobre los colores y preguntándome sobre la vida de Frida. Casi lloré de tristeza del dolor en la vida de Frida, de pensar en él, dulce amor, y la coincidencia de un recuerdo suyo en la Casa Azul.
Recordé el sueño bajo la sombra de los árboles y esa paz, ese jardín, mi silencio y mis ancestras junto a mí y a ese amor me acompañaron en esa soledad del mar de gente que iba y venía pisoteando el jardín, haciéndose selfies, tocando, irrumpiendo, ofendiendo con su grotesca intromisión los espacios y el silencio, queriendo tocar. Cerré los ojos y encontré respuestas.

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domingo, 8 de enero de 2017

Bienvenida/Mario Benedetti

Se me ocurre que vas a llegar distinta 
no exactamente más linda
ni más fuerte
ni más dócil
ni más cauta
tan solo que vas a llegar distinta
como si esta temporada de no verme
te hubiera sorprendido a vos también
quizá porque sabes
cómo te pienso y te enumero

después de todo la nostalgia existe
aunque no lloremos en los andenes fantasmales
ni sobre las almohadas de candor
ni bajo el cielo opaco

yo nostalgio
tu nostalgias
y cómo me revienta que él nostalgie

tu rostro es la vanguardia
tal vez llega primero
porque lo pinto en las paredes
con trazos invisibles y seguros

no olvides que tu rostro
me mira como pueblo
sonríe y rabia y canta
como pueblo
y eso te da una lumbre
inapagable
ahora no tengo dudas
vas a llegar distinta y con señales
con nuevas
con hondura
con franqueza

sé que voy a quererte sin preguntas
sé que vas a quererme sin respuestas.


El candombe del olvido



El candombe del recuerdo, tal vez si yo  le pido un recuerdo me devuelva lo perdido... qué duros tiempos... tiempos de amar, de luchar, de pensar y vivir sin pasado.

En mi país...

sábado, 7 de enero de 2017

Nacha Ceniceros

NELLIE CAMPOBELLO
(Durango, 1909-1986)

Junto a Chihuahua, en X estación, un gran campamento villista. Todo está quieto y Nacha llora.  Estaba enamorada de un muchacho coronel de apellido Gallardo, de Durango. Ella era coronela y usaba una pistola y tenía trenzas. Había estado llorando al recibir consejos de una vieja. Se puso en su tienda a limpiar su pistola, estaba muy entretenida cuando se le salió un tiro.
            En otra tienda estaba sentado Gallardo junto a una mesa; platicaba con una mujer; el balazo que se le salió a Nacha en su tienda lo recibió Gallardo en la cabeza y cayó muerto.
-          Han matado a Gallardito, mi General.
Villa dijo despavorido:
-          Fusílenlo
-          Fue una mujer, General.
-          Fusílenla.
-          Nacha Ceniceros
-          Fusílenla

Lloró al amado, se puso los brazos sobre la cara, se le quedaron las trenzas negras colgando y recibió la descarga.
Hacía una bella figura, imborrable para todos los que vieron el fusilamiento.
Hoy existe un hormiguero en donde dicen que está enterrada.
Esta fue la versión que durante mucho tiempo prevaleció en aquellas regiones del Norte. La verdad se vino a saber años después. Nacha Ceniceros vivía. Había vuelto a su casa de Catarinas, seguramente desengañada de la actitud de los pocos que pretendieron repartirse los triunfos de la mayoría.
Nacha Ceniceros domaba potros y montaba a caballo mejor que muchos hombres; era lo que se dice una muchacha del campo, pero al estilo de la sierra, podía realizar con destreza increíble todo lo que un hombre puede hacer con su fuerza varonil. Se fue a la revolución porque los esbirros de don Porfirio Díaz le habían asesinado a su padre. Pudo haberse casado con uno de los más prominentes jefes villistas, pudo haber sido de las mujeres famosas de la revolución, pero Nacha Ceniceros se volvió tranquilamente a su hogar desecho y se puso a rehacer los muros y tapar las claraboyas de donde habían salido miles de balas contra los carrancistas asesinos.
La red de mentiras que contra el general Villa  difundieron los simuladores, los grupos de la calumnia organizada, los creadores de la leyenda negra, irá cayendo como tendrá que caer las estatuas de bronce que se han levantado con los dineros avanzados.
Ahora digo, y lo digo con la voz del que ha podido destejer una mentira.
¡Viva Nacha Ceniceros, Coronela de la revolución!


 [Mis libros]

PERCIBO LO SECRETO/Nezahualcóyotl


Percibo lo secreto, lo oculto: 
¡Oh vosotros señores! 
Así somos, somos mortales, 
de cuatro en cuatro nosotros los hombres, 
todos habremos de irnos, 
todos habremos de morir en la tierra... 
Nadie en jade, 
nadie en oro se convertirá: 
en la tierra quedará guardado. 
Todos nos iremos 
allá, de igual modo. 
Nadie quedará, 
conjuntamente habrá que perecer, 
nosotros iremos así a su casa. 
Como una pintura 
nos iremos borrando. 
Como una flor, 
nos iremos secando 
aquí sobre la tierra. 
Como vestidura de plumaje de ave zacuán, 
de la preciosa ave de cuello de hule, 
nos iremos acabando 
nos vamos a su casa. 
Se acercó aquí 
hace giros la tristeza 
de los que en su interior viven... 
Meditadlo, señores, 
águilas y tigres, 
aunque fuerais de jade, 
aunque fuerais de oro 
también allá iréis, 
al lugar de los descarnados... 
Tendremos que desaparecer 
nadie habrá de quedar.