viernes, 9 de febrero de 2018

Yo, Coyolxauhqui

El problema de romperse tantas veces y de tantas formas es que al final la pregunta no es ¿qué se puede ser?, sino ¿cómo aprendemos a caminar sosteniendo nuestros pedazos?, y se entiende que todes empezamos a rompernos el día que nacimos, y que la vida no es sino una serie de roturas con las que solo tenemos la alternativa de aprender a vivir y a caminar sosteniendo nuestros pedazos.
Hace un par de años entendí, durante una charla sobre la tortura, que no existe posibilidad de "volver al estado anterior" de un hecho que nos "rompe", porque las personas somos consecuencias de todos y cada uno de los eventos que nos van rompiendo desde antes de nacer, pero sí podemos aprender a vivir así, quebrados, sabernos rotas y llenas de roturas.
Aprendí a gustar de la palabra "rotura"; cobró más fuerza y belleza el significado de "La mujer rota", y elegí enunciarme con un poema:
Coyolxauqui, la Diosa rota, desmembrada que se sabe así y toma sus pedazos para seguir, levanta sus fragmentos y sigue viviendo.
Coyolxauqui, es el poema que escribí confesándome "quebrada, rota, en una historia de roturas a lo largo de mi vida que están ahí y me hacen la que hoy soy, resiilente, resistente-frágil, amorosa y ligera... acepté que nunca podré estar "completa" y así he aprendido a vivir conmigo.

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