viernes, 22 de diciembre de 2017

El almuerzo



Nada lo cambia un grito
más bien se nos acomoda el silencio en lo hondo
            hondo muy hondo
pasa un día dos una semana dos un mes dos un año dos
y un buen día amaneces abres los ojos y todavía lloras
pasaron cuarentaytantos años y todavía esperas
el almuerzo puesto sobre la mesa
la ropa delicadamente planchada
el silencio del miedo
el dolor que aguijona
la fotografía recuperada

todos dicen que debajo del cemento están los huesos
unos contaban de las voces escuchadas
del miedo y la esperanza como una sola
de creer que vivían
De buscar hasta en Las Islas
de imaginar que un día por fin volvería
mi hijo
mi esposo
mi hermano
mi novio
mi padre
el hijo de la vecina
la mujer que nadie notó que un día desapareció
las mujeres que buscan y sus vientres resisten la punta del fusil
las mujeres que parieron en esos sótanos de esta sociedad
las mujeres que volvieron
las que no volvieron
las niñas que nadie supo que se las llevaron
las sinnombre que nadie buscó
las que se perdieron buscando
una más entre los miles en un país quebrado

Mire esta fotografía: ve ese cuerpo, ella era mi madre
Mire usted, señala la fotografía, era él el más alto,
pero de los otros chicos nadie supo nada

Y vuelve a sentarse a la mesa:
            espera
un almuerzo en solitario
sabe más a miseria humana
que los frijoles en la pobreza de una casa de cartón
A todos nos robaron algo en los 70’s
Unos se llevaron a los hermanos
Otros se comieron la riqueza
Otros fueron los niños que murieron enfermos
Esas calles de piedra
Esa riqueza que se defendería como perro
Pero solo les quedó ser perro
Esos ceros que se llevaron de la moneda
Pero nunca pudieron quitarnos la memoria

“eran militares, eran militares, eran militares”
y los muertos con fusil de palo
y las abejas durmiendo en la oración
y los muertos los siguen poniendo los de abajo.

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