viernes, 16 de abril de 2010

De Navegaciones

Tropico

Vivo en la zona más caliente de la tierra, cinturón del trópico
amarre de las aguas a la selva, árboles dedos que sostienen
racimos verdes preñados de nidos, ruta de navíos y de tormentas;
el día apunta a las entrañas orada horas y dobla el horizonte

Yo soy del trópico de las faldas de fuego, horizonte que hierve
cuerpo húmedo bajo la tempestad, serpiente de agua corre entre la selva
boca del infierno pintada de paraíso, Treno de la garganta del agua
Y sí:
yo soy del trópico donde se cocinan las médulas

Las palabras tienen el tufo de los mangles y la selva virgen
Ves rìos profundos, maraña de imágenes en lo profundo
persiguen tábanos detrás de las orejas, alfileres en los ojos.
Canto herido en la insolación de abril.


Invocación

La palabra se vomita, astilla, moja
es peregrina de una ciudad a otra,
de un pueblo a otro heredamos solo murmullos
en las frases que palpitan en nuestros días
se resisten a morir al filo del silencio
de las voces que las invocaron

La palabra canta en los oídos
duerme bajo las sábanas, dispuesta al que la busca
complaciente y furiosa persigue una vez que la pronuncias
dispara el fuego cuando dices rojo y quema en desierto
Si la pronuncias agua inunda la boca, corre por el tiempo
fuerza de río a tropel por los vados:
ahoga el maíz en los campos y las conciencias

Todas las palabras caben en la boca que las dicta
En la voz que lee las madrugadas, en la hoja de las civilizaciones
En el pedazo de historia en las manos sangrantes de la guerra
En el verso que retumba en los oídos con la fuerza del tiempo,
tambor de guerra

Suelta amarras, abre las velas, tira los lastres por la borda
Oye la voz de la palabra que se anida en el pensamiento
despojada desde el silencio nos mira
Todo lo nombra y lo pronuncia
el cuerpo es el campo de batalla.


Publicado en el poemario Navegaciones, Editado por la Universidad Autónoma de Campeche, 2008