El mundo no es un lugar agradable.
Nunca lo ha sido. Pero lleno este espacio de poemas al amor ausente, al amor no correspondido porque le sonrío o me enojo con él muchas veces al día, pero es como una isla a la que voy y vuelvo para ausentarme del ruido, del trabajo, de lo cotidiano.
Del horror de los números de violencia.
Esta es mi Isla y la guardo para él, mi amor. Para que sonría y se enoje con mis desvaríos, mis locuras, mis juegos infantiles o disfrute los poemas y goce la pasión... una Isla para el amor y para mí.
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