martes, 26 de abril de 2016

Buscándome


Una debería escribir poemas así:
a partir, o con frasees que lo dicen todo y nada:


La última vez que lo abracé fue con la mirada
no hubo una despedida
él me ofrecía un beso de amigos
no había nada de qué hablar
Aún hoy su sonrisa y el último abrazo de amantes
incendia mis recuerdos.


Cuando lo conocí
tenía años de haber muerto
solo él lo sabía
pero se dio un tiempo
habitó mi vida y mi futuro
se hizo el fantasma que todos los días me acompaña.


El corazón es una manzana
que explota al caer del árbol
es un amasijo de substancias
crepita en su propio incendio
nada la incendia
nada la detiene
Es tierra y florece en una flor de fuego.




jueves, 21 de abril de 2016

Tu nombre...

Tu nombre me persigue, me acompaña a todas partes. Va de un lado a otro, y se deja escuchar muy frecuentemente para decirme "aquí estoy".
Lo escucho en los nombres de avenidas y en el nombre elegido para quien aún no nace y me presentan.
365 días y un poco más, y tu nombre sigue aquí, aunque tú te hayas ido.

jueves, 7 de abril de 2016

Aunque no existas te amaré...


"Anoche soñé con mi papá... lo vi que estaba asando carne, y junto a él había un hombre, pero tenía los pies como la piel de las patas de los gallos... hacía tiempo que no soñaba con él, con mi papá...", es mi abuela contándome sus sueños. Le acaricio la espalda mientras la escucho, la visito en medio de su alegría de saber que aún vuelvo a verla. Yo le cuento que sé que ha estado pensando en mí:
-Soñé con usted, no se preocupe por mí, yo estoy bien, le vengo a ver porque viajo y voy a tardar en volver a verle -le digo.
La dejo ahí, delgada, pequeñita, con su cabello cenizo, con sus pies alejándose, a cada paso de su infancia, de su juventud.
Su enfermedad, hace dos años, me llevó a pensar no solo en la muerte, sino en la enfermedad, el resquebrajamiento de lo que creemos ser, la autonomía que luchamos por construir toda la vida. El temor de perder su pierna por la diabetes, la llevó a encerrarse casi un año y no salir temerosa de golpearse con algo.
La he visto irse haciendo pequeña, la veo cada vez más delgadita, como desapareciendo, alejándose, despidiéndose poco a poco de la vida. Su vejez me llevó a pensar en la mía. A mirar mi propia vida como un camino hacia la muerte.
Pensé, que cuando ella se vaya, será solo un recuerdo para algunos y la memoria de ella se extinguirá cuando yo no esté. Quizá alguien lea algún día el poemario dedicado para la oscuridad en sus ojos. Para Ofelia, a quien me une la vida, la sangre y la muerte.
Pienso en la memoria de nuestros ancestros, viva en nosotras, mientras estamos vivas. En esa cadena de sueños que nos traen otros días, otros momentos como la infancia. Sé de su abuela, por las historias-recuerdos de su infancia, sé que murió levantando una palangana de agua que tiraría al río después de ayudar toda la noche en un parto, era comadrona.
De mi abuela, recuerdo mi cuerpo pequeño durmiendo sobre su pecho, oyendo su corazón las canciones con las que me arrullaba. Recuerdo sus manos oscuras tejiendo trenzas en mi cabello, sus manos olorosas a pan, a pollo deshebrado y a mantequilla, a comida que traía escondida en su bolsa para -como las lobas que arrastran un pedazo de carne a la guarida- dárnoslo a mi hermana y a mí.
Ella está aún viva y ya la extraño. A  la que fue, pero abrazo a la que permanece en mi recuerdo. El amor es eso.
Aunque a quien amemos ya no está, estamos nosotros para amarle y darle vida y presencia con nuestros recuerdos y el sentido de nuestra vida. Vivimos así la prolongación de nuestras vidas en quienes amamos.
Pienso en la canción que dice: "será que vives en mis sueños, será que nunca te vi, será tal vez que no estás hecha para mí, pero te siento en mi dolor...las cosas buenas que seré, serán contigo compartidas... hasta el final de mi existencia sin dudar te buscaré, será una hermosa recompensa te esperaré"....
Y pienso en él, el amor, su sonrisa y su mirada "te imaginé y aunque no existas te amaré"... y todo le da sentido a vivir sin prisa y a seguir amando a quien no está...
Hermosa canción, hermoso pensamiento y me hizo pensar en cuántas veces pensé en él, así... aunque el que conocí ya no exista, yo lo amaré...



lunes, 4 de abril de 2016

Buenas noches a mi corazón

Una noche muy de madrugada desperté y el cielo era naranja. Escribí un poema de esa fría madrugada,  y hoy he visto una noche púrpura. Todo es especial, será porque volví a verlo en sueños. Ahí estaba él, y yo temerosa, insegura de todo, de mi silencio y el suyo, de la ausencia y el tiempo. Pero los sueños son benévolos y me dejan estar cerca de él. Esta vez nos sentábamos uno junto al otro, sobre el pasto verde. Había otra persona cerca de nosotros pero no importaba, yo volvía a sentir la emoción de su presencia, la alegría profunda de la cercanía de su corazón. Pero él no decía nada y solo se quedaba sentado junto a mí... Yo, traía unos cigarros, una cajita de esos que él fuma y la ofrecía a la otra persona, aunque yo no fumo en mi sueño los traía como un vínculo que solo él y yo podíamos saber, y en mi sueño él tomaba uno, pero no le veía el rostro, solo podía sentir su presencia. Ahí estaba su espalda junto a la mía, y en un momento cuando yo no esperaba nada reclinó su cabeza sobre mi hombro. En mi sueño fue el gesto más hermoso que me llenó de alegría... Quizá se deba a que he estado pensando mucho en él, tratando de recordar su rostro, y es esta noche-madrugada de domingo que se suspendió en el tiempo.
No hay tiempo para nada, pero este sueño es una isla, un descanso, un volver a verlo y sentir su presencia y es que al menos en sueño mi corazón se siente en gozo de estar junto a su corazón. Hoy pensaba en ¿qué es el amor? ¿Quién puede saber en qué momento amamos? Qué hace que todo ese silencio y frío del tiempo desaparezca, la soledad se vacíe y quede un nombre, una ausencia siempre presente y nunca más volvamos a estar solos o solas ¿acaso es eso él amores? ¿Acaso esos amores pasados que se olvidaron al poco tiempo no era amor? ¿Existe el amor?
¿Es esto que detiene el tiempo y la distancia? ¿Es lo que por fin rompe toda la soledad y nunca más volvemos a estar solas, aún con la distancia y el tiempo cierro los ojos y puedo sentir la alegría de mi corazón aunque solo le vea y esté junto a él en mis sueños?
Cada día me siento más lejana de mí, de la que era, de mi juventud, de mi cuerpo, pero solo esta idea de la que soy me permite saberme libre del cuerpo, aunque el cuerpo envejezca mi corazón es idéntico y no sufre el paso del tiempo, solo el amor lo ha hecho más fuerte, libre y trascender el cuerpo mismo.

Buena noche mi bello amor.