lunes, 29 de febrero de 2016

Días que le sobran al calendario...


Hoy es un día que le "sobra" al calendario. Pero es un buen día para decirle al amor que aquí sigue, vivo, sonriendo y que nos acompaña a todas partes. No importa dónde se vaya, podemos volar, zarpar, abrazarnos en la distancia.
Para mi bello amor. Un fragmento de poema del que solo he tomado estos dos versos...


Y de un cuentecillo que leí por ahí:

"Esa tarde, en la sierra, José lo vio por primera vez. Supo que era el venado que buscaba cuando cruzaron miradas: los ojos del ciervo brillaban como brillan las cosas que uno elige desde el corazón. José apenas pensaba en qué era lo que debía hacer cuando el ciervo saló corriendo. Parecía querer jugar a las escondidas para que José corriera tras él.



lunes, 22 de febrero de 2016

Los días pasan

Hace tiempo no escribo. No queda tiempo en medio del trabajo. La cotidiana existencia, los dolores ajenos y las urgencias de vida de las mujeres son demasiadas. Hay demasiado dolor en el mundo. Tanto que el mío no existe, ni siquiera es dolor, no hay dolor ni nada comparado con todo el sufrimiento de la gente que es arrancada de la vida, de la fe y del amor.
Pero para que esa oscuridad no nos arranque la esperanza, buscamos la esperanza del amor. La luz que solo habita las sonrisas y los sueños. Pienso en él, pero con paz, con serena paz. Pienso en él que es el amor, él cuya sonrisa evoco y sigue despertando mi sonrisa y mi alegría, el sueño tal vez de que viví algo aunque tal vez lo imaginé o lo soñé.
A veces prefiero recordar los sueños que son más dulces. Aunque a veces se vuelven pesadillas, como hace unos días cuando la calentura me invadió y ahogó mis sueños de tristezas y temores, esos miedos que ya no habitan en mí hace mucho tiempo.
Y pienso que ya sigo caminando, que hace tiempo dejé atrás todo, que el recuerdo se diluye pero no hay miedo. No lo tengo, lo he perdido y lo he dejado atrás.
Más bien me encuentro ligera como una burbuja de jabón yendo hacia donde el viento nos lleve, yendo hacia adelante y mirando la vida. Saboreo el sol, saboreo el café, el te de jazmín y hasta el jocoque favorito.  Tengo el cabello más negro y más largo, otra vez no lo he cortado y ya luce larguísimo. El año pasado cuando decidí que todo debía cambiar lo corté y me llevó tiempo cambiarme a mí misma, no al mundo no a él, el amor, sino a mí. POrque no es el mundo el que necesitaba cambiar sino mi forma de vivirlo y saber que aquí estamos observando y escribiendo. Lo cotidiano, lo primero que viene a la cabeza y siendo honesta, sinedo sincera, llana, lisita y transparente como ofrecí una vez, como solo puedo ser yo para conocerme y encontrarme.
Aquí encontrándome, mirándome al espejo, mirando debajo de la máscara y conociéndome...

Otra vez ingenua, dispuesta a vivir, a sonreír. Con la maleta ligera habitando las calles y bajo el techo del cielo.

Angel, una canción de amor.



Y para ese ángel que abracé una vez, la paz y la alegría para que conserve siempre su hermosa sonrisa.

Buenas noches mi amor!

viernes, 12 de febrero de 2016

Dejar al amor llegar a donde va...

A veces pienso que este amor que "vive y nunca muere" es en realidad mi única forma de mantenerme humana. Que amo su recuerdo, su ausencia como única posibilidad de saberme de carne y hueso. Los últimos años he visto apagarse una a una las emociones y la confianza por distintas causas, que no tendría razón para amar a un hombre en este mundo en el que mi tarea fundamentalmente es contar el odio de los hombres hacia las mujeres que los amaron.
Por eso amo su ausencia. Se fue. No sé nada, ni dónde ni con quién, imagino tal vez y he elegido no saber no buscar, cerrar los ojos y quedarme en cambio con mi necesidad de ese amor.
A veces pienso que es maravilloso que el amor exista más allá de la voluntad, que nos demuestre que no le podemos domesticar. Que el amor existe para recordarnos nuestra pequeñez y fragilidad, es que acaso al amar nos ponemos en vulnerabilidad, en esa frágil desnudez del alma que nadie quiera ya en estos tiempos asumir.
Nos devuelve la conciencia de que nada somos de extraordinarios, que no importa cuánta gente haya alrededor, cuántas personas aplaudan lo que digamos, cuántas personas crean en lo que decimos o cuánta luz hay a nuestro alrededor hay un espacio donde nadie más puede habitar que el amor ausente.
Al principio creí que ese amor existía por un miedo a afrontar el mundo, luego porque era la imagen de todo lo que amaba y se resumía en él. Luego y ahora creo que es la suma de todo eso y algo más, esa existencia viva en el pecho del amor como algo vivo, con vida propia y que se aloja en nuestro cuerpo y más allá, que quizá es lo único que nos lleva a trascender.
Alguien me preguntó ayer por el tatuaje en mis muñecas, lo notó enseguida y supo de qué se trataba... el último verso, sí... lo que le da sentido a todo y sostiene: Polvo serán, mas polvo enamorado.  Me lo tatúe en enero del año pasado cuando buscaba desesperadamente olvidar su nombre. Pero él me olvidó a mí primero.

El amor al ausente...



Voy a cubrir tu lucha más que con flores, voy a cuidar tu bondad más que con plegarias...

martes, 9 de febrero de 2016

La disciplina y el amor

Yo podría enamorarme como estoy enamorada, de un hombre con disciplina. Lo pensé hoy al ver trabajar al obrero que arregló la llanta del auto. Es sencillo pero preciso en su trabajo. Lo que más me gustó es esa parte de revisar que su trabajo esté bien hecho. Me di cuenta que esa es la mejor parte del trabajo que hacen. Todos ellos lo hacen y me dice mucho de cómo las demás personas deberían de hacer su trabajo. No confiar que hemos hecho algo bien, más bien dudar y corroborar que se hizo bien. Probar y revisar.
La tarea es sencilla pero precisa.
Desmontar la llanta, revisar el lugar de la pinchadura, parcharla, volver a montar la llanta y rectificar, revisar que el trabajo esté bien hecho. Ojalá todos fuéramos por la vida planteándonos esa lógica, de que podríamos haber hecho mal las cosas y rectificar.
Aun cuando fuera innecesario, aun cuando el trabajo sea mecánico y aparentemente sencillo.
Aun cuando creamos que nuestros actos fueron bien hechos, desconfiar, dudar de que hemos cometido un error y evitarle a alguien más el daño de esos errores.
La simpleza de rectificar.
Lo pienso mientras escucho a la hermosa Violeta, me he reconciliado con ella. Ya no la culpo de presentármelo, de enseñarme a amar al hombre que me presentó una noche.
Esta noche de noticias tristes y esperanzas. Esta noche en la que suman un asesinato más de una mujer periodista en Veracruz. Esta noche de cansancio para hacer cosas mejores... esta noche que también le doy las buenas noches y pedir por el amor en las oraciones.

domingo, 7 de febrero de 2016

Escribir para vivir...

No hay que perdonar, porque no debemos esperar que alguien pida perdón ni esperar arrepentimiento de quien nos haya engañado o lastimado.
Podemos vivir y amar a esa persona, amarle y decirle en sueños cuánto le amamos, al oído abrazándola con todo el amor que somos capaces de sentir y vivir felices de ese amor. Dejar atrás todo el dolor que nos haya causado, dejar atrás la tristeza de sus mentiras o el desamor, dejar atrás la imposibilidad de la correspondencia de un amor.
Vivir y sonreír felices de gozar el amor que vive y existe en nuestro corazón y compartir el lugar que ocupa lo más importante que es la fe. Orar todas las noches y pedirle a Dios que sea feliz.

Anoche soñé que le hablaba y le decía ¿sabes cuánto te amo? y él respondía que sí sabía. No podía verle el rostro, pero le abrazaba y tenía paz por decírselo...


La puente/Kate Rushin

Estoy harta
enferma de ver y tocar
ambos lados de las cosas
enferma de ser la condenada puente de todos.
Nadie
se puede hablar
sin mi
¿No es cierto?
Explico mi madre a mi padre
Georgia O´Keeffe
mi padre a mi hermanita
mi hermanita a mi hermano
mi hermano a las feministas blancas
las feministas blancas a la gente de la iglesia Negra
la gente de la iglesia Negra a los ex – jipis
los ex – jipis a los separatistas Negros
los separatistas Negros a los padres de mis amigos.
Después
tengo que explicarme a mí misma
a todos.
Hago más traducciones
que las malditas Naciones Unidas.
Olvídense
me enferman.
Estoy enferma de llenar sus huecos.
Enferma de ser su seguro contra
el aislamiento de sus autoimpuestas limitaciones
Enferma de ser la loca de sus cenas festivas
Enferma de ser la rara de sus meriendas de domingo
Enferma de ser la única amiga Negra de 34 individuos blancos.
Encuéntrense otra conexión con el resto del mundo
Encuéntrense otra cosa que los legitime
Encuéntrense otra manera de ser políticas y estar a la moda.
No seré su puente a su femineidad
su masculinidad
su humanidad.
Estoy enferma de recordarles que no
se ensimismen tanto por mucho tiempo.
Estoy enferma de mediar sus peores cualidades
de parte de sus mejores.
Estoy enferma
de  recordarles
que respiren
antes de que se asfixien
con sus propias tarugadas.
Olvídense
crezcan o ahóguense
evolucionen o muéranse.
La puente que tengo que ser
es la puente a mi propio poder
Tengo que traducir
mis propios temores
Mediar
mis propias debilidades.
Tengo que ser la puente a ningún lado
más que a mi verdadero ser.
Y después
seré útil.

sábado, 6 de febrero de 2016

Respirar

Mi pasión por el agua... fluir, flotar, volar...  respirar para no  morir de asfixia en el mundo. Otro día más de respirar y saber que la vida sigue y está, aunque él solo esté en mi sueños.
Volver a verlo otra vez en mi sueños. Sonreír, hablar y saber que está ahí, en algún lugary quizá si la vida nos reunió una vez, vuelva a hacerlo otra vez... y al menos ayer fue en sueños.



miércoles, 3 de febrero de 2016

Para mi paloma ausente...



Mi amor, mi bello amor... las canciones de siempre, para las noches de soledad, para las frías y ausentes noches, para el sueño de amores que marcan la vida, amores que te llevan al abismo para mirar que no hay más que amor...


martes, 2 de febrero de 2016

Un cuento para mi amor...

Esta noche... te voy a contar un cuento. Uno dulce y amoroso, para que sepas que siempre lo que hay, es amor para ti.
(Fragmento de El Principito)

VI
¡Ah, principito, cómo he ido comprendiendo lentamente tu vida melancólica! Durante mucho tiempo tu única distracción fue la suavidad de las puestas de sol. Este nuevo detalle lo supe al cuarto día, cuando me dijiste: —Me gustan mucho las puestas de sol; vamos a ver una puesta de sol… —Tendremos que esperar… —¿Esperar qué? —Que el sol se ponga. Pareciste muy sorprendido primero, y después te reíste de ti mismo. Y me dijiste: —Siempre me creo que estoy en mi tierra. En efecto, como todo el mundo sabe, cuando es mediodía en Estados Unidos, en Francia se está poniendo el sol. Sería suficiente poder trasladarse a Francia en un minuto para asistir a la puesta del sol, pero desgraciadamente Francia está demasiado lejos. En cambio, sobre tu pequeño planeta te bastaba arrastrar la silla algunos pasos para presenciar el crepúsculo cada vez que lo deseabas… —¡Un día vi ponerse el sol cuarenta y tres veces! Y un poco más tarde añadiste: —¿Sabes? Cuando uno está verdaderamente triste le gusta ver las puestas de sol. —El día que la viste cuarenta y tres veces estabas muy triste ¿verdad? Pero el principito no respondió.

No estoy para nadie...



"No sé si quiero irme o me quiero quedar, lo que sé es que ya no quiero que me duela más..."

Cuando decidimos cambiar, cuando preferimos caminar, andar, seguir recorriendo y elegimos ir solas, porque es mucho mejor que dejar nuestra confianza en las personas equivocadas en esta sociedad en las que las personas mienten como sobrevivencia por miedo a mirarse a sí mismas como son, por miedo a conocerse...
Aún así mueve el deseo y la esperanza de que en algún lugar existen personas que saben que no está bien mentir, engañar, jugar con las personas... en algún lugar han de existir, alguna vez, algún tiempo.
¿La humanidad tiene esperanza? O todos y todas vivimos escondiendo el corazón para evitar que alguien en quien confiemos venga a echarlo por la alcantarilla.
El problema no es el amor, son las personas que no saben amar.